lunes, 1 de abril de 2013

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The Host (La huésped): Diario de una alienígena atrapada en el cuerpo de una choni

“The Host (La huésped)
Título original: “The Host”
Director: Andrew Niccol
EEUU
2013

Sinopsis (Página Oficial):

En “The host (La huésped)”, nuestro mundo ha sido invadido por un enemigo desconocido. Los seres humanos se han convertido en huéspedes de los invasores, que se han apoderado de sus mentes manteniendo el cuerpo intacto. Casi toda la humanidad ha sucumbido a esta invasión. Cuando Melanie (Saoirse Ronan), uno de los pocos humanos ‘salvajes’ que quedan, se ve capturada, está convencida de que ha llegado su fin. Wanderer, el ‘alma’ invasora asignada al cuerpo de Melanie, ya está avisada de las dificultades que implica vivir dentro de un ser humano: las emociones irrefrenables, el torrente de sensaciones, los recuerdos demasiado vívidos… Pero hay algo con lo que Wanderer no contaba: la antigua inquilina de su cuerpo se niega a cederle el control de su mente. Cuando unas fuerzas externas obligan a Wanderer y a Melanie a aliarse, ambas emprenden una incierta y peligrosa búsqueda del hombre al que aman.

Crítica Bastarda:

Hola, soy Wanderer y no me llames ‘Cosa’ ni muchos menos La Cosa —que la cacho perra de copiona nos demanda encima por ©opyright—. Me abreviaron mi nombre por Wanda ¿Abreviar? ¿¡Pero si le han quitado un par de letras guarras!? En resumen, llámame Wanda… —y no porque el chocho me huela a lavanda—. He decidido empezar a escribir este diario para narrar mis desgracias en el planeta Tierra repleto de murales de luciérnagas, Metadonas sin cajas y chiringuitos de la resistencia. Sí, soy alienígena y me dicen mucho que soy un ‘alma’… aunque simplemente sea una ameba Gusiluz —sin pilas, que conste—. Tengo 1.000 años, soy viajera de mundos y pensaba que era muy viejuna hasta que descubrí que en vuestro planeta habitaba gente como Marujita Díaz o Sara Montiel que, al parecer, triplican mi edad y se mantienen perfectamente conservadas con formol en vena. Desde que yo y mis amigüitos llegamos el mundo es perfecto: no hay malos rollos, nadie ve la televisión y no hay más ediciones de ‘Gran Hermano’. ¿Lo malo? Vivimos en un remake de “La invasión de los ultracuerpos” patrocinado por FleZzzzZzzZ. ¡Y encima ya no se hacen películas! ¡Jopelines! Y yo que pensaba que podría vender los derechos de mi diario…


Me echaron Vick VapoRub en versión Relfex de Dior y me quedé maravillosa y estupenda. Sí, en este nuevo mundo te llaman curandero por apretar un espray de mierda. No puedo imaginar una nueva carrera de medicina: cinco años matándote a estudiar para hacer un fus-fus en la chepa de un ultracuerpo y pa’ casa. No tenemos vainas pero sí bolas chinas a propulsión sideral que somos muy guays. De hecho nos dejamos un pastizal porque somos muy pijos y elitistas. Hemos tuneado la carrocería de los coches con antibalas y en ese metálico sideral o blanco a juego con nuestra ropa que los humanos dicen que parece de un anuncio de detergentes. Lo que no puedo entender es cómo unos alienígenas tan pacifistas como nosotros invadimos a unos tipos que llevan armas de fuego hasta para hacer la compra en el Carrefoul y que responden tan violentamente con gritos o chillidos al escuchan a Justin Bieber. No lo entiendo… pero, bueno, ya estoy aquí voy a disfrutar, ¿no?


Yo quería protagonizar una anuncio Loreal patrocinado por Stephenie Meyer y acabé haciendo un remake de “Este cuerpo no es el mío”. ¡Qué pesada que es la Melanie! Normal, tiene nombre de choni… En el que fue su cuerpo estamos ahora las dos y divididas. Yo quería buscar experiencias tipo bondage (me encanta que me abofeteen), sexo hardcore y heroína en vena… ¡Puro hedonismo! Pero he llegado a un planeta sin camellos, donde la única droga es el Cola-Cao y mi vida es tan noña y tonta como ameba en el espacio que como humana muerta de hambre. Eso sí, me caen hostias por todos los lados. ¡Me encanta ese saludo terrícola! Antes habitaba en un mundo acuático y me meaba toa’ encima y ahora tengo que vivir en el mundo choni de la resistencia. ¡Pa’ mearse! Además, no entiendo por qué nos odian… ¿No eran ya los chonis suficientemente alienígenas?


Luego hay dos maromos… Uno es el cani que está colado por la Melanie y el otro me mola a mí. Es el mismo tipo que intenta matarme un día… al día siguiente me quiere matar a polvos… ¡Y eso me encanta como ameba! Las amebas únicamente pueden capturarse con amabilidad y HAMOR… pero aquí con vergüenza ajena y ronquidos. ¡Ronca! ¡Ronca! ¡Suplica que vuelva Melanie para roncar otra vez! Mi vida es un coñazo soporífero… Pero, ¿qué esperabais de una ameba que controla a una choni en un mundo de amebas y de ultracuerpos pacifistas?

SPOILER:

Al final me quería morir toa’ porque Melanie se merece su cuerpo y a su maromo… pero van los cacho-cabrones y me meten en el cuerpo de Webster con tetas. ¡Hijos de FRUTA! Que yo quería protagonizar una nueva versión alienígena de Crepúsculoy no El hobbit con ultracuerpos. Espero que en la segunda parte de mis diarios consiga el cuerpazo de Diane Kruger. ¡Hijos de FRUTA! Aunque mi novio agradece mi tamaño porque dice que así le llego a la cintura… ¿Por qué lo dirá? Jo, soy nueva aquí y ya no editan revistas porno ni hay internet… Bueno, voy a ayudar a estos chonis que se hacen llamar La Resistencia a recuperar su planeta de mielda… ¡Eso, qué vuelva el porno e internet YA! Aunque, lo mismo, me muero antes de aburrimiento, jopelines.

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