lunes, 3 de marzo de 2014

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The Walking Dead (4x12) Still: Girls Just Want To Have Fun

La segunda mitad de la cuarta temporada de “The Walking Dead” sigue dejando apartadas preguntas del tipo: ¿Quién morirá? ¿Se reunirán los grupos? ¿Nos espera alguna sorpresa de cara al spin-off? ¿Qué expectativas tienen los personajes en el anunciado y remarcado Santuario? Entre el fuego cruzado de Frank Darabont y AMC, la adaptación de los cómics de Robert Kirkman sigue su curso y “Still”, duodécimo capítulo de la cuarta entrega de TWD, va a suponer un punto y aparte. Es momento de desarrollar a Daryl y Beth y que conozcamos cómo se encuentran anímica y mentalmente. Es obvio que el capítulo va a ser considerado por muchos como uno de los peores de la serie en sus últimos (y mejores) tiempos. Para colmo, ya estaban avisados con la zona spoiler del desarrollo del mismo. Aburrido o no, es momento de repasarlo. 

Es cierto que muchos seguidores de “The Walking Dead” se sentirán molestos con la sinopsis de la cadena y esa misión ‘iluminadora’ que se simplificará al tema de Cyndi Lauper ‘Girls Just Want To Have Fun’. Beth quiere pasárselo bien, emborracharse y dejar todo apartado ante ese mundo plagado de muerte. Nos gustaría que un capítulo independiente como “Still”, que en otras temporadas ocuparon Clear” (3x12) y 18 Miles Out” (2x10), no corra riesgos y rompa el tono establecido de la propia serie. ¿No le gustaría a parte de la audiencia capítulos locos y temáticos repletos de humor negro o revisiones de películas de moda como Spring Breakers? ¿Por qué tan ‘serio’? ¿Por qué? El tono grave y desarrollo de los personajes sigue imprimando el drama y es momento sacar de su enclaustramiento a ese Daryl más errático y ermitaño y que Beth encuentre su lugar en el mundo a través de la nostalgia. Eso sí, imperdonable una cosa: ¡Hijos de fruta! ¡Han hecho llorar a Daryl de nuevo! ¡Hijos de fruta!


Repasemos. El comienzo es sumamente interesante con Daryl y Beth escondiéndose en un maletero de un coche para eludir a una horda entre oscuridad y tormentas. Y llegamos al punto de debate: ¿por qué “The Walking Dead” no arriesga con un ‘bottle episode’ que demuestre el talento de sus guionistas? No, esto es un survival horror en el que los personajes siempre tienen que avanzar y la cosa en esta ocasión está chunga. Daryl se queda sin flechas, el mundo exterior sigue igual de virulento y repleto de caminantes y mordedores y la humanidad ha naufragado brutalmente. Beth sabe que ha sobrevivido y otros más fuertes que ella perecieron. La muerte de Hershel Greene sigue descomunalmente cercana y arde. Demasiado. Beth decide tomarse el mundo postapolicaptico como la oportunidad de hacer cosas que no pudo realizar en el mundo previo de los vivos. Quiere emborracharse, dejar de comer serpientes en campamentos improvisados y los productores han perdido una oportunidad para romper completamente la serie y revelarse. No escucharemos ‘Girls Just Want To Have Fun’ aunque la sintonía será cercana a un ‘Resident Evil’ cuando la pareja llega a un Club de Golf que ahora es un refugio hecho cementerio. La botella de vino deberá ser rota para sobrevivir, la ropa nueva acaba manchada de sangre otra vez y el odio de la humanidad sobre su pasado sigue vigente dentro de la muerte que gobierna el mundo. Nada ha cambiado aunque los personajes quieran cambiar.


Adiós al licor de melocotón y bienvenidos a The Cabin in the Woods sin reformulaciones del género ni sorpresas. Todo es líneal, transparente como la botella de alcohol ilegal que van a beberse Daryl y Beth. Los spoilers anunciaron un juego que revelaría el pasado de Daryl y esa cabaña le recordará a su viejo hogar… y su vieja vida… de mierda. Daryl realmente tiene un foco más interesante como lo pudiera tener Tía Ama (Tina Turner) en “Mad Max, más allá de la cúpula del trueno”. Antes de la Apocalipsis Zombie era un don nadie, un loser redneck condenado a morir sobre su propio vómito después de una borrachera o terminar sus días en una cárcel. Ahora, se ha convertido en un héroe y pieza fundamental del grupo. Lamentablemente para él también son viejos tiempos. Pero nos interesa la futura unión con otro personaje similar y que va a hacerse con gran parte del poder de la serie: Abraham Ford. Me gustaría ver la mecánica conjunta de ambos personajes condenados a ser héroes en un mundo de muertos que auguraba el ninguneo en el anterior reino de los vivos. Simplemente veo, por lo tanto, “Still” como una proposición de otras muchas más interesantes… Veremos cómo llega la catarsis de ambos, cómo aceptan que no verán de nuevo a sus amigos, cómo exorcizan sus demonios prendiendo fuego a esa cabaña que simboliza el pasado de ambos. Es hora de marcar el presente y dejar atrás esa pira funeraria de malos recuerdos. Lo peor de todo es que “Still”, más allá de sus conceptos, acaba con los personajes haciendo una peineta a sus traumas y, al mismo tiempo, con muchos espectadores realizando el mismo gesto al propio capítulo. Lo dicho: ¡Han hecho llorar a Daryl de nuevo! ¡Hijos de fruta!

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