jueves, 1 de mayo de 2014

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Arrow (2x21) City of Blood: Starling City, ciudad de sangre

La guerra está tanto en las calles de esta serie como entre los universos de Marvel y DC. Es cierto que Marvel y la ya práctica finalización de su fase 2 el presente año le ha dado una ventaja con sus franquicias asentadas y con los venideros shows de Daredevil, Luke Cage, Puño de Hierro y Jessica Jones para desembocar en la serie de ‘Los Defensores’ dentro de un canal propio en Netflix. Por su parte, DC está obcecada con su proyecto de la película de “La Liga de la Justicia” y queda pendiente después del estreno de la (todavía sin nombre oficial) Batman Vs. Supermanjunto a otros 9 largometrajes, aunque algunas de ellas serán bajo el sello ‘Vertigo’ no formando parte del mismo universo. ¿Y sus series qué? “Arrow” está funcionando muy bien y “The Flash” se estrena en breve en el propio canal que tiene Warner Bros (The CW) y no se entiende que no quieran potenciar alguna serie más —“Gotham”, centrada en la adolescencia de Bruce Wayne, se estrena en FOX— pero, del mismo modo, ambos universos van a ir por separado dejando cierto poso de indiferencia a un producto que, pese a las limitaciones interpretativas y cierta esencia y tufo adolescente/abdominal/Loreal made in The CW, está engendrando uno de los más sólidos entretenimientos que se pueden ver en la televisión generalista actual. Es momento de iniciar la recta final de la segunda temporada de “Arrow” y adentrarnos en su vigesimoprimer capítulo titulado “City of Blood”. 

Llegó la sangre y uno de los grandes giros que posicionan la temporada de la serie que protagoniza Oliver Queen y no ha sido otro que la muerte de su madre Moira a manos (o mejor dicho macro-espadón fantasmal y/o plegable) de Slade Wilson sin su disfraz de folclórica: Deathstroke. El villano de la presente temporada de “Arrow” quiso vengar la muerte de Shado en la isla de la que responsabiliza a Oliver. El Mirakuru le ha provocado que tenga visiones de aquella mujer a la que amó y que le guía hacia la locura y la senda oscura. Oliver tuvo que elegir entre su hermana y su madre y precisamente fue ésta aquella que decidió sacrificarse para proteger a sus hijos aunque nos les reveló que Malcom Merlyn estaba vivo. Los spoilers se pagan con la vida y también los errores. Black Canary abandonó Starling City mientras que la bestia que lleva adentro Roy por los efectos del Mirakuru no pudo ser contenida salvo induciéndole un estado de sedación provocado por ese comodín del público llamado veneno de víbora tibetana. No le vamos a ver demasiado en este episodio, por lo tanto, aunque puede que sea fundamental en la recta final. Nos vamos, eso sí, a centrar en los otros venenos que han ido germinando a lo largo de la temporada para explotar en esta recta final: desde evidentemente Deathstroke y su plan para dominar la ciudad gracias a Isabel Rochev, Sebastian Blood y ese ejército de prófugos y peligrosos criminales dopados hasta las trancas de Mirakuru; Merlyn tiene que reencontrarse con su hija, El Escuadrón Suicida debe juntarse de nuevo e incluso se ha confirmado la vuelta de Nyssa al Ghul para protagonizar la batalla más épica que ha visto la serie hasta el momento. Pero, de momento, lo primero es lo primero: la venganza.


“City of Blood” no va a funcionar cómo muchos pensaban aunque sea cierto que todas las grandes tramas de esta temporada van a converger mientras que los flashbacks de la isla van a narrar la misión suicida de nuestros héroes. La idea realmente es que el capítulo forme junto con “Streets of Fire” un doble capítulo que deje en bandeja el esperado season 2 finale. No esperen, por lo tanto, un episodio que cierre alguna de las muchas tramas abiertas porque su desenlace les va a dejar completamente en ascuas hasta el próximo 7 de mayo. Griten, lloren y pataleen para bajar sus taquicardias durante la próxima semana aunque, lo primero de todo, saquen sus kleenex porque nos vamos de entierro para comenzar. El funeral de Moira nos revela a todo el elenco de la serie de luto pero nos falta alguien con esa silla vacía al lado de Thea. ¿Dónde está Oliver Queen? En montaje paralelo veremos que Sebastian Blood toma juramento como alcalde mientras asimilamos que estamos asistiendo al gran anticlímax de esta temporada desde un punto de vista dramático. La promesa de Slade Wilson vista en The Promise” (2x15) va a llevar a Oliver a esa ‘completa desesperación’ pero son las condolencias de Sebastian a Thea aquellas que hacen sonar de nuevo las alarmas de Laurel cuando menciona ‘el dolor de perder a un padre’. “City of Blood”, de este modo, va a consolidar los gérmenes, premisas y tramas que hemos estado presenciando. Laurel volverá a su padre, ya rehabilitado en sus funciones, con la idea que tuvo en mente sobre Blood cuando era una folclórica borracha muerta de hambre. Con la proposición de que si antes estaba azorada perdida con tanto alcohol y pastilla y ahora no y sigue teniendo la misma sensación… se entiende que sus malas vibraciones sobre Blood son correctas. No tardará mucho en conseguir acceder con el geek de la comisaria al ordenador de Blood para encontrar un comunicado de prensa que demuestra que el alcalde sabía que Moira iba a ser asesinada un día antes de que Slade cometiera el crimen. ¿Significa eso que Deathstroke ya contaba con el sacrificio de Moira por sus hijos y así convertir a su hombre en alcalde al ciudad que iba a tomar? ¿No le resta algo de potencia a esa secuencia que nos dejó impactados en el pasado capítulo?


Mientras que Feliicty y Diggle nos recuerdan a aquellos que se lanzaron en paracaídas sobre Lian Yu en City of Heroes” (2x01) para tratar de hacer volver a su amigo y héroe a Starling City, Isabel Rochev ha regresado de entre los muertos. Es algo que sabíamos pero no los chicos evidentemente, dejando claro tanto a Diggle y Felicity que lo más inteligente que pudiera haber hecho Oliver era haber vuelto a la isla para esconderse y regresando únicamente para sus funerales (¡qué maja!), haciendo más evidente que el ejército (y plan) de Slade Wilson está en ciernes. Isabel también seguirá rarificando su marca bitch informando a Thea que su edificio y puti-pub-disco (Verdant) es propiedad Queen Consolidated (incluyendo el escondite secreto su hermano y, por supuesto, el alcohol) y tiene un par de días para abandonarlo. ¡No es tan mala, que la dio también las condolencias! Thea también es visitada por su ex padrastro Walter Steele, que se entera tanto de la desaparición de Oliver como de que el muchacho y Slade (el asesino de mamá) coincidieron en la isla. No sé hasta qué punto la aparición de Walter es una despedida también de Colin Salmon o si los guionistas nos reservan alguna sorpresa. La realidad es que Oliver está perdido y Diggle y Felicity acudirán a Amanda Waller (A.R.G.U.S.) para pedir ayuda y dejar caer la bomba del ejército a golpe de Mirakuru. De esta manera también se aseguran introducir al ‘Escuadrón Suicida’ en el próximo capítulo y la alta tecnología que pone cachonda a Felicity les sirve en bandeja la solución a la desaparición: Oliver tiene una segunda guarida secreta distinta aquella que construyó en la fundición. Los chicos tratarán de reanimar a su deprimido amigo que ha tomado una decisión tras tocar la desesperación: se entregará a Slade para que acabe con él y ponga fin a su venganza siendo Oliver esa «una persona más» que comentó el villano en Seeing Red” (2x20). ¿Y si se equivocará Oliver y Deathstroke tiene otra agenda aparte de deber ingresar en un psiquiátrico por ver a la versión rencorosa y fantasmal de Shado? El sacrificio de Oliver no será frenado ni por el discurso sobre el destino de Felicity (que deja asomar algo de su pasado y el de su madre un tanto bitch en Las Vegas) y su heroísmo también queda reforzado con las intenciones de Thea por irse de la ciudad. Su hermana ahora es una huérfana sin trabajo y sin hogar y la despedida está ratificada también por el propio Oliver. Es momento de despedirse y morir, entregarse en el mismo lugar donde comenzó todo, en el muelle donde partió el Gambit. ¿Es el final de todo? Va a ser que no. Un dardo deja noqueado a Oliver y se despertará en su guarida (principal) donde Diggle y Felicity le darán la bienvenida con una sorpresa que no esperaba: la aparición de Laurel. Su ex novia le revela que sabía su identidad de que Slade le dijo quién era el encapuchado y le confirma también que Blood (el hombre de la máscara de cráneo) trabaja para Slade Wilson y que éste mató a Moira para que su hombre fuera el alcalde de Starling City. ¿Hay, entonces, algo más sobre esa venganza y mascarada de Slade o no? La conversación que tienen sobre Tommy va a cerrar todo ese circuito catártico que hemos divisado desde el comienzo de la serie y va a ser precisamente Laurel aquella que proporcione al héroe la salida del anticlímax para el carrusel de acción que nos espera. 


En la isla y sus flashbacks vamos a tener también la potenciación del esplendor final con Anatoly Knyazev arreglando el submarino japonés ya que es la única oportunidad de Oliver y Sara de matar a Slade y escapar de su purgatorio. Anatoli pone el submarino en marcha pero está encallado y deben utilizar sus torpedos de manera manual y surge la duda del sacrificio. Peter, otro de los supervivientes y prisioneros que sufre envenenamiento por radiación por los experimentos de Ivo, desea sacrificarse por ellos pero Oliver declinará la opción para arriesgarse y liberará el submarino con ese suspense un tanto impostado: sabemos que va a hacerlo pero, ¿tendremos alguna sorpresa? Un poco de todo lo anterior parece emerger con el encuentro de Oliver y Blood en un restaurante de lujo para desenmascarase el uno al otro, lanzarse amenazas y demostrar que el alcalde es un sociópata con delirios de grandeza, un tanto rebajados al ser un peón en el plan y venganza de Slade. ¿Lucha de ombligos? ¿O no estamos equivocando aquí y Slade tiene una agenda que desconocen ambos? Puede que todo simplemente fuera una cortina para que Diggle secuestrara al guardaespaldas de Blood, Clinton Hogue (¿otro guiño más al universo DC?), y que Felicity como buena bitch con WIFI le sacara la información del plan de atacar la ciudad. Felicity es la perfecta interrogadora de ¿ricos? ¿Los guardaespaldas ganan tanto? ¿Daño físico? No gracias. ¿Donar todo los millones de esas cuentas fantasmas de las Islas Caimán a Greenpeace y causas benéficas? ¿Vaciar el plan de pensiones de papá y mamá? ¡Te cuento lo que quieras, reina mora y bitch! Perdona, bitch con WIFI.


Como esto es “Arrow” vamos a una tener muchas secuencias entrelazadas, sobre la marca de las nueve de la noche en distintos relojes, para fulminarnos con un corte y dejarnos completamente en ascuas. Una de las dudas que pudieran quedarnos es saber por qué Walter llama a Thea antes de abandonar su mansión. ¿Walter sabe algo sobre Merlyn? Thea rechaza la llamada y nos dejará claro que sigue pensando en Roy por la imagen de fondo que tiene su móvil. Su destino es la estación de trenes… mientras el de nuestros héroes es frenar la invasión del ejército de Deathstroke (con máscaras de fanboys) liderado por Blood (y un discurso digno de villano que haría mojar las bragas de Adolf Hitler) sin que los ojitos tiernos de Laurel puedan evitar que quede excluida. El plan es que un gran bloque de hormigón y la explosión que genere mate (sí, ¡no son hombres!) a ese ejército pero Oliver será sorprendido, vencido por un soldado y salvado con la distracción de Laurel que le permita lanzar una flecha explosiva. Como esto es un capítulo doble el final no va a ser demasiado esperanzador. Diggle es atacado por Isabel, vestida para la ocasión (con una máscara tuneada que homenajea a la hija de Deathstroke en los cómics) y con mirada de crazy-bitch, evitando que éste pueda hacer explotar las alcantarillas que dejarían catapultado al ejército dopado de Mirakuru; en el departamento de policía uno de los fugitivos arrestados rompe sus esposas para matar al nerd detective, ponerse su máscara de Deathstroke (que no sabemos dónde llevaba oculta) y dejar a Lance contra las cuerdas (o contra la pared, en este caso); en la estación uno de los hombres que estaba sentado al lado de Thea se levanta para reducir al guardia de policía y disparar al aire su arma mientras se pone la máscara de rigor; Felicity, que coordinaba la operación en el interior de una furgoneta, recibe una llamada de S.T.A.R. Labs de Cisco Ramon con noticias… ¿de la cura del Mirakuru?; y Oliver y Laurel quedan arrinconados por ejército de cosplays haciendo que The Arrow deba lanzar otra flecha explosiva al techo para protegerse y al mismo tiempo quedar encerrados en ese callejón sin salida. El ejército de Slade Wilson se dirige a tomar la ciudad por una carretera ‘a la hora señalada’ y a convertir Starling City en una ciudad bañada de sangre y propiedad de (Sebastian) Blood dando pie al juego de palabras. ¿Y en la isla? El submarino es liberado pero en el otro lado de la radio Sara ha sido apresada… ¿Podrán nuestros héroes detener el inminente ataque y nuevo violento terremoto que se aproxima a Starling City? Lo veremos la próxima semana en “Streets of Fire” donde esperemos que siga la serie tan on fire, así que nos toca respirar hondo cada cinco minutos o ir bordando nuestros trajes de la Liga de los Asesinos. 

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