jueves, 12 de junio de 2014

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Power: Simple y bidimensional fetichismo

Serie de TV
“Power”
EEUU
2014

Sinopsis (Página Oficial):

Del productor ejecutivo Curtis ‘50 Cent’ Jackson y la showrunner Courtney Kemp Agboh (“The Good Wife”) llega “Power”, un visionario drama criminal ambientado en dos mundos diferentes —la escena de los clubs glamurosos de Nueva York y el brutal comercio de drogas. James ‘Ghost’ St. Patrick lo tiene todo: una preciosa esposa, un magnífico ático en Manhattan, y el más exaltado y prometedor nuevo club nocturno en Nueva York. Su club, Truth, abastece a la élite: los más famosos nombres en negrita que se confeccionan en la ciudad que nunca duerme. Al mismo tiempo que su éxito crece, también lo hacen los planes de Ghost para construir un imperio. Sin embargo, Truth oculta una horrible realidad. Es un frente para submundo criminal construido por Ghost; una red de drogas lucrativa, que sólo sirve a los ricos y poderosos. Mientras Ghost es seducido por la perspectiva de una vida legítima, todo aquello que es precioso para él acaba convirtiéndose sin saberlo en una amenaza… porque una vez que estás dentro, ¿podrás alguna vez salir?

Crítica Bastarda:

Tiempos difíciles para la lírica criminal… que no provenga de HBO, FX, AMC o Showtime. Hablar de dos mundos de diseño no deja de revelar cierto diálogo ante un espejo que ya vimos años atrás en el póster de Ringercon Sarah Michelle Gellar y el Empire State de fondo. Dejamos los juegos de espejos, vidrios resplandecientes y las pedorretas (que no aires) hitchckocianos para esnifar el aroma de la sofisticación y los negocios sucios de la mano de 50 Cent y Starz. El reflejo, como podemos comparar en ambos pósteres, es evidentemente más viril y oscuro, más sujeto a los grises y a esa ‘elección sabia’ que nos avecina su frase comercial. El conjunto, no obstante, es simple y pura pose, un simple efecto de Instragram en formato catódico. Puede que insertar en la sala de montaje —durante una secuencia de sexo— el asesinato cometido por el personaje principal como condimento a otro tipo de violencia, no deja de remarcar las credenciales efectistas de la serie. Lamentablemente, hay poco más. A los 10 minutos hemos escuchado ya 5 canciones distintas, oído unos 200 ‘motherfucker’ y visto lo chungo que es el antihéroe y lo bien que luce en camiseta de tirantes y traje de noche. No nos queda mucho que mirar salvo ya lo remarcado en un póster, simple músculo, simple pose.


El guión podrá haber sido escrito para la televisión por cable con asesinatos, drogas y sexo de por medio, pero la estructura y sus recursos son de una mala serie de The CW, esa Ringercon la que comparte cartel. Por ejemplo, todo ese arco argumental que define el encuentro del protagonista en el club con una vieja amiga y los celos de su mujer al ver a ambos dándose el teléfono. Por no hablar del momento sexy en la limusina quitándose las bragas, desnudándose y masturbándose con el chófer mirando por el retrovisor. Ni siquiera esa elipsis como golpe final nos sorprende ni revela mucho más de lo ya ofrecido. Tampoco “Power” es una serie de luz y oscuridad o de una doble vida, simplemente la tapadera con ese club se convirtió en una posibilidad de escape para ‘Ghost’. No falta la familia como motor dramático pero no estamos ante un 5% de Los Sopranoaunque aquí tengamos cierto interesante pivotado de la mujer del mafioso. Ni siquiera estamos ante una competidora de Ray Donovan y mucho menos un material para compararse la doble vida de Walter White en Breaking Bad. La cuestión es que las elecciones del protagonista sobre una senda honorable y otra oscura ensuciada con crimen y sangre, no admiten demasiadas variables ya que su propio socio ve la posible salida del mundo criminal en ese club como parte de la expansión de su negocio para limpiar dinero a gran escala. Tanto la familia como las representaciones argumentales están tejidas sin demasiada profundidad. Todo es demasiado convencional, bidimensional y el mayor problema de “Power” es que no hace honor a su título y ningún personaje tiene un impacto o potencia en pantalla. Nada tiene tensión realmente, nada funciona más allá de la propia máscara y el frenesí que ofrece el sexo y la violencia del cable.


La puesta en escena del piloto está basada en espejos y los mecanismos son que Angela, la antigua amiga y ex que le enseñó español, realmente trabaja para cazar a Felipe Lobos y a ese ‘fantasma’ que distribuye su droga. Oh wait! ¿No había quedado para comer unos minutos antes de su presentación? Algunos incluso compararán los intentos de la cadena de focalizar sus dramas sobre personajes poderosos masculinos (Boss) o mafiosos tratando de hallar cierta honestidad (“Magic City”). Puede, precisamente, que “Power” sea tan superficial que logre asentarse con más temporadas que las canceladas y citadas series de la cadena pero supone un completo alejamiento al confirmar la absoluta lejanía respecto a los shows que están ofreciendo Showtime, AMC, FX, HBO, etcétera. El amasijo que nos presenta la nueva serie de Starz es tan legible y simplista que meramente queda espacio para recordar la violencia o el sexo, simple fachada…, simple reiteración como la ya formulada en el presente texto, como uno de los trajes que luce el protagonista. Simple fetichismo sobre los gánsteres, al fin y al cabo. ¿El problema? Este traje no es a medida, por mucho que nos digan que es de marca.

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