lunes, 23 de junio de 2014

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Comienza la Séptima y Última Temporada de ‘True Blood’

La espera ha acabado y “Jesus Gonna Be Here”, primer capítulo de la séptima y última temporada de “True Blood”, está aquí. Podemos llorar sangre o dar el último bocado al comienzo del fin de la serie de HBO… o, tal vez, recordar qué nos ha llevado hasta este conclusivo (y convulsivo) punto. Algunos podrán maldecir que con tanta pirueta argumental, colmillo y desnudo la ficción fantástica —basada en las novelas de Charlaine Harris— acabó siendo una grotesca y absurda mueca de sus primeras temporadas. Es cierto que el drama (y muchas veces comedia) de vampiros, hadas y hombres lobo —creado por Alan Ball y finalizado por Brian Buckner— nunca consiguió superar esa segunda temporada que fue nominada incluso a los Emmys como mejor serie dramática del año. Después, llegó una inclinada cuesta pero con alicientes para continuar siendo testigos de nuestra adicción. ¿O quién no se lo pasó bien con Russell Edgington, la Bruja de Logroño o esa Autoridad Vampírica a lo ‘Tea Party’? Pasada la broma posiblemente llegara el desvarío con Lilith, con Bilith, con ‘Vamptánamo’ y con ese místico y legendario vampiro-hada llamado Warlow. Radioactive” (6x10), además, confirmaba que la marcha de Alan Ball (que no implicación) no le había sentando bien al propio terreno de desfase exploitation al invento y que la cadena de cable decidiera finalizar la serie con 10 nuevos capítulos constaba esa afilada estaca en el corazón de Sookie, Bill, Sam, Jason, Tara, Eric y compañía. Un final que no fue dispuesto realmente por calidad sino por una bajada de espectadores… aunque mantuviera cifras muy superiores a casi todas las series de HBO. Para evitar que la decadencia repercutiera directamente en su bolsillo, los directivos decidieron que era la hora del entierro de una de sus series más exitosas y longevas. Es hora de repasar el comienzo del fin con “Jesus Gonna Be Here” (7x01), parte del regreso, vida y muerte de “True Blood”. 

Nos quedamos con un Bon Temps víctima de esa alegoría vampírica del SIDA (la Hepatitis-V) con un populoso grupo de chupa-sangres infectados dispuestos a sembrar el caos y la violencia a su paso. Sin Tru-Blood tras la quiebra de Yokonomo Corporation, Sam (alcalde del pueblo) y Bill (ex Dios vampiro) deciden que cada humano ‘limpio’ debe emparejarse con un vampiro para su protección. La banda sonora de ‘Radioactive’ de Imagine Dragons nos avecinaba un estribillo «Welcome to the new age» en una nocturna barbacoa que será asolada por esa horada de infectados vampiros dejando muchas novedades. Está claro que esta última temporada de “True Blood” es un survival horror a lo “30 días de oscuridad” en toda regla y ese alegórico SIDA va a posicionar a todos los habitantes —ya sean vampiros, hadas, hombres lobo, cambiaformas o simples muggles— en una situación de auténtica crisis vital. Veremos el espanto del ataque de esos sedientos e infectados chupa-sangres en una batalla campal desde el punto de partida de la propia Sookie Stackhouse. No esperen a ‘La Barbacoa’ de Georgie Dann sino un recital de violencia, sangre y tensión en el exterior del Bellefleur Bar & Grill. El resultado va a evidenciar la fórmula de esta última entrega: Holly, Arlene, Nicole, Kevin y Jane Bodehouse han sido secuestrados y Lettie Mae confirma que Tara está muerta. ¿De verdad? ¿No guardan algo en la manga para haber aniquilado a uno de los personajes veteranos de la serie (por segunda vez)? Parece que no. Tara está muerta… ¿De verdad? ¿Y de esta manera? ¡Qué cutre!


“Jesus Gonna Be Here”, dirigido por Stephen Moyer, se va a centrar en toda la noche que va a suponer un nuevo punto de giro en la historia de Bon Temps y sus habitantes. Teníamos pendiente de comprobar si notaríamos la ausencia de Luke Grimes perdiendo el culo por un papel en “Cincuenta sombras de Grey” y su sustitución por Nathan Parsons. El motivo de la despedida ‘oficial’ de Luke fue la propia lectura de los guiones de esta séptima temporada, donde apenas compartía secuencias con Deborah Ann Woll siendo la actriz el motivo de su aventura en “True Blood” (?). Tampoco el actor nos mentía porque, al menos, en este capítulo Jessica se quedará protegiendo a Adilyn mientras Andy se encamina a buscar a su esposa secuestrada por la horda. James tendrá su momento con Lafayette al ser su protector y nos contará la historia de su vida, muerte y resurrección como vampiro partiendo de un hippie después de su participación en la guerra de Vietnam. Parafraseando a James: su dolor, miedo, tristeza o lamento nos importa una shit. No hagan preguntas porque queda claro que la estupidez reina en Bon Temps y da lo mismo que seas un milenario vampiro que un hada adolescente. El episodio va a deambular por clichés, diálogos de parvulario y abofetear a cualquier espectador que se encuentre delante de su pantalla para ver algo inteligente. Tampoco la serie de HBO necesita mucho más ahora mismo que su nutrido número de desnudos con la propia Anna Paquin a la delantera. Sookie esta temporada va a ser el objeto de todas las críticas por ‘traer los vampiros a Bon Temps’ y ser la mala (y bitch) de la película. Un poco putón y viciosa sí que ha sido… pero de ahí a que sea la responsable. En fin, a palabras necias… ¿lectura de pensamientos sordos? Sookie no podrá evitar escuchar las voces interiores del propio Alcide hiriendo sus sentimientos y volviendo sola a casa teniendo una crisis en su relación con su hombre lobo. No se preocupen porque ni a la camarera hada le pasará nada y se reconciliará al primer pezón y torso lobuno de cambio con su novio ¿definitivo?


Pudiéramos destacar que lo único salvable es ver a Pam sin maquillaje y famélica perdida en Marrakech tratando de buscar a Eric. Nos interesa ver esa revisión de la ruleta rusa con un socorrido barreño a los pies de los vampiros que juegan con su propia muerte verdadera. Nizar será víctima del juego pese a haber sobrevivido 28 veces dejando claro que Pam es una pedazo gafe monumental. A Pam no le importa el dinero sino la información sobre el paradero de Eric. Su viaje la llevará a una nueva pista con la que, al parecer, no contaba. Esperemos que encuentre algo que comer después de rehusar alimentarse porque efectivamente hay mucha muerta de hambre al otro lado de la pantalla gritando «¡Que vuelva Eric!», deseando hincar el diente al vampiro vikingo. De momento, toca esperar. ¿Nos importa que Jason y Violet tengan su primera relación sexual a golpe de teta y culo encima del capó de un coche? Más allá de presentarnos a ese grupo de vigilantes pueblerinos y tener la cuota de trasero de Ryan Kwanten va a ser que no. El tedio no lo salva ya ni Jason queriendo ser el ‘macho’ de la relación ni tampoco la pánfila de Adilyn que tendrá que dejar entrar a Jessica a su casa antes de que se churrasque para protegerla de un vampiro infectado. De momento, Jessica consigue evitar hincar el diente al hada después del asesinato familiar de la anterior entrega. ¿Ha controlado, por fin, su sed?


“Jesus Gonna Be Here” quiere dar también algo de sentido a los remanentes de la pasada temporada como Willa, que es amparada por el reverendo Daniels ante su soledad tras la muerte de Tara. La cuestión es buscar la redención y Bill lo va a tener complicado con Andy, que no perdona (ni perdonará nunca) el daño que ocasionó a su familia. Andy no es tonto y sabe que necesita a Bill para encontrar a su esposa. De este modo, se posicionará a favor del vampiro frente a esa panda de tarados vigilantes que forman parte de esa resistencia humana posicionada en contra de todas las otras razas. Después de esa fallida visita a la ubicación de un nido anterior de la horda, comprobaremos que los secuestros están encadenados en la sala de tortura ubicada en el sótano en Fangtasia. No sé, yo hubiera sido el primer lugar donde habría mirado si fuera una paleto anti-vampiros. Pero, repetimos, la inteligencia nunca brilló demasiado en Bon Temps. Kevin será la comida y Arlene, Holly, Nicole (y su bebé) y la otra que está allí y será el próximo papeo pueden respirar tranquilas. ¿Y ya está? Sí, ESO es el primer capítulo de la séptima temporada de “True Blood”. Pese a su auto-consciencia, no sobrepasa el tedio (o la vergüenza ajena) más allá de superficiales detalles ante tan poco material dramático y tanta chicha y carne viciosa y desnuda. Pudiera suponer cierto misterio por qué los guionistas han introducido ese flashback de Bill partiendo a la guerra. ¿Nos espera algo de su pasado que no conocemos para alcanzar una redención personal? Si alguien esperaba un brutal cliffhanger de cierre que se vaya olvidando porque “Jesus Gonna Be Here” conlcuye en la iglesia del Reverendo Daniels ante una congregación que piensa ‘en lo peor’ cuando Sookie hace acto de presencia. Lettie Mae culpa a la amiga de su hija por la muerte de Tara y le dice que no es bienvenida en la iglesia… provocando el insulto y acusación ‘interior y mental’ popular. Sookie estalla antes de irse y les indica que les ha escuchado a todos aunque sus sentimientos son de ayudar a la comunidad y Bon Temps, ya que ella (para bien o para mal) es la experta en vampiros del pueblo. Nos ha fastidiado, reina mora… ¡Te tiraste a todo bicho con dos colmillos y un pene entre las piernas que pasó por allí! Y, una cosa más, ¿¡cómo memoles vas a ayudar!? Entendemos que podrá localizar los pensamientos de Arlene, Holly y compañía pero Sookie es tan tonta que no se dará cuenta hasta el próximo capítulo. En fin, a palabras necias… ¿lectura de pensamientos sordos?

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