martes, 10 de febrero de 2015

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Better Call Saul: Better Call Hype

Serie de TV
“Better Call Saul”
EEUU
2015

Sinopsis (Página Oficial):

“Better Call Saul” es la precuela de la galardonada serie “Breaking Bad”, desarrollándose seis años antes de que Saul Goodman (Bob Odenkirk) se convirtiera en el abogado de Walter White. Cuando le conocemos, el hombre que se convertirá en Saul Goodman es conocido como Jimmy McGill, un abogado de poca monta en busca de su destino y, de manera más inmediata, presionándose para poder llegar a fin de mes. Trabajando junto —y a menudo en contra de Jimmy— se encuentra el ‘fixer’ Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), un querido personaje introducido en “Breaking Bad”. La serie tendrá un seguimiento de la transformación de Jimmy en Saul Goodman, el hombre que pone la etiqueta de ‘criminal’ en la de ‘abogado penalista’. La serie también está protagonizada por Michael McKean, Rhea Seehorn, Patrick Fabian y Michael Mando; personajes que representarán lados tanto legítimos como ilegítimos de la ley. El creador y productor de “Breaking Bad”, Vince Gilligan, y el escritor y productor Peter Gould han creado el show juntos siendo co-showrunners de la temporada de estreno. Gilligan dirigió el primer episodio de la serie y ya se ha dado luz verde para una segunda temporada de 13 episodios. La primera temporada constará de 10 capítulos.

Crítica Bastarda:

Breaking Bad se ha convertido en esa mosca que persigue al seriéfilo, que lo atormenta y lo transforma, que le hace pasar de un doctor Jekyll a un señor Hyde; que definitivamente nos obsesiona y nos conduce a esa senda de adicción peligrosa. Al igual que la mítica serie de Vince Gilligan nuestra lucha siempre ha sido sobre la tentación de disfrutar con el mal delante de nuestros televisores. Desde Tony Soprano los antihéroes han poblado las ficciones y la batalla de un profesor de química llamado Walter White con sus demonios —y transformación en un diablo criminal llamado Heisenberg— acabó por convertirse en ese placentero tormento para la audiencia. Seamos sinceros, estamos delante de “Better Call Saul” por ser el spin-off de esa mosca que siempre nos seguirá a todas partes y que realmente se hallaba en Granite State” (5x15) ante la extracción de Saul Goodman y el protagonista de Breaking Bad. Walter White se encontraba en ese capítulo ante el final del misticismo del mundo del crimen en una tienda de aspiradoras. Mientras que a Saul le esperaba una nueva identidad y vida en Nebraska, Walter decidió volver a Heisenberg para hallar la redención ante un gélido y alegórico ataúd. Al fin y al cabo no había vuelta atrás ante el destino que le proponía su enfermedad… Por el contrario, Saul tenía toda una vida por delante… pero una vida que en cierta medida era un alargado y solitario funeral. 


Sabemos el final de la historia, que todo acabó en un gélido y terminal blanco y negro, que el ‘happy end’ fue el prólogo de una de los hermanos Coen… pero esa es otra historia que no nos concierne ni atrae. Puede que precisamente “Better Call Saul” haya decidido comenzar en esa línea temporal que ha teñido de blanco y negro, a lo Alexander Payne, una vida que no interesa ni a su propio protagonista. Saul vivirá todo el tiempo que le queda con el temor de que alguien descubra su identidad y reclame venganza por su pasado y vinculación con Heisenberg (o con otros clientes). Trabajará todo el día en un lugar prácticamente invisible —pero a la vista de todos— para finalizar la noche ante su televisión… y con la tentación de volver a ver ese colorido pasado en el que culminaron sus aspiraciones y se sintió auténticamente realizado. He aquí la historia de otra transformación, de cómo Jimmy McGill se convirtió en Saul Goodman, de cómo un loser en el punto existencial más bajo descubrió que respaldando al mundo del crimen tenía futuro y personalidad. La cuestión es escapar de esos silencios, cafés, falta de pegatinas, de mensajes en el contestador, de esa diminuta oficina tan kafkiana como esperpéntica… Jimmy invoca al encanto satírico en «It’s showtime, folks» de “All That Jazz” o cita a de “Network (Un mundo implacable)”, trata de aferrarse a la grandeza del patetismo, al don de la palabra y presencia, a mirar su reflejo en un espejo y despegarse de ese coche equivocado en el que se ha transformado su mediocre vida. 


Ciertamente “Better Call Saul” mira indirectamente a Breaking Bad como perspectiva de futuro y fuente y conexión referencial. No es cuestión del escenario o los paralelismos sino que los cameos de Tuco (Raymond Cruz) o la presencia de Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) respaldan una línea argumental que perfila a ese ‘loser’ como un gran imán de la delincuencia. Nos van a narrar la ironía del destino y esos errores que desembocan siempre en un punto de giro sin retorno, provocando que Jimmy McGill conozca a Nacho Varga (Michael Mando) para iniciar esa transformación hacia Saul Goodman. Vince Gilligan y Peter Gould demuestran su indudable talento por retratar esa fina y afilada capa humorística y nublada de negrura tanto en “Uno” (1x01) como en “Mijo” (1x02). Son conocedores que necesitan de un trasfondo correcto, dando hondura a antagonistas (Howard Hamlin), tensiones sexuales (Kim Wexler) y drama familiar debido al extraño mal de su hermano Chuck por su hipersensibilidad electromagnética. En realidad, “Better Call Saul” es ese ciclo y espiral sobre la mediocridad de la que su protagonista no puede escapar, quedando atrapado en el pasado y futuro, siendo consciente de que al igual que nosotros simplemente le queda ponerse delante de un televisor y rememorar sus mejores momentos. Los vimos en Breaking Bad y los veremos en “Better Call Saul”. Mejor retitular esta fábula bajo su propio influjo y posible perdición. Es un estupendo spin-off pero no deja de ser un spin-off sometido al hype de una de las series que marcaron la televisión del arranque del Siglo XXI. He ahí nuestra mosca de nuevo y e infortunio cada noche a partir de ahora en adelante. Seamos sinceros, estamos aquí por Walter White y nunca por Saul Goodman… por bien que nos cayera o gracia que nos hiciera. Nos encontramos delante de este reflejo para captar esos momentos que construyeron la mitología de un show, de nuestro pasado y recuerdo. Agradezcamos que la sombra de Vince Gilligan y su vinculación en el proyecto impidan que dejemos de amar esta nueva serie y apéndice… pero llamemos a las cosas por su nombre y confirmemos que el hype y merecido fanatismo de Breaking Bad marcan el camino y la propia distancia. Renombremos esta serie como “Better Call Hype” y que así nadie se engañe… salvo que quiera ser engañado o dejarse engañar por esas imágenes que forman parte de nuestro cada vez más distante pasado, de esa mosca que define nuestra propia tentación. 

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